Anteriormente, hablé sobre el ermitaño Don Fray Ars, que murió en el Capricho y que fue enterrado secretamente en el jardín de la ermita, en la piedra de forma piramidal. La Duquesa le pagaba para que rezara y se entregara en cuerpo y alma a Dios en su ermita. Además, otra de sus obligaciones fue dejarse crecer el pelo y las uñas. Pero eso no es todo, porque él era el encargado de guiar a la gente que se perdía por la finca de los Duques y llevarlos hacía ellos.
¿Os imagináis encontraros un ermitaño con ese aspecto? Porque yo no se si quisiera que me guiara o saldría corriendo.
Y sera verdad que te daria miedo el pobre hombre?
ResponderEliminarjajajajajaja muy bueno te felicito.
jajajajaja por supuesto que me daría miedo, yo ni entraría allí gracias juliaaa!!! me alegro que te gustee !!!
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